La segunda experiencia...
Hoy no habrá publicación en otro idioma, la verdad, no estoy siendo discreto sino práctico. Encontrándome de viaje como ando, no es que tenga mucho tiempo para trabajar en publicaciones. De broma me da chance de ver como va @fulldeportes de cuando en vez. Así que ésta publicación y quizás otras en el futuro, serán en dos idiomas solo si el tiempo lo permite.
Llegamos a EE.UU. el día Jueves pasado en la madrugada, por lo que ese primer día la pasamos descansando, el viernes publiqué la revista y salimos a dar una vuelta en Miami, ciudad en la que nos recibió mi hija. Ese mismo Viernes, llegó nuestro hijo procedente de Orlando, ciudad donde reside. Así que, por vez primera en dos años, pudimos estar cuatro de cinco miembros familiares juntos (el hijo menor reside en Buenos Aires).
El sábado mi esposa y mi hija se fueron de tiendas y yo me quedé en el apartamento "morseando" con mi hijo. Una de las cosas que hicimos fue ¿no lo adivinan mis lectores? ¡Planes! Sí, pero antes quería vacunarme contra el Covid-19, para no tener que viajar en avión al día siguiente, con la variante Delta rondando por allí. No me vacuné en Venezuela primero por el desorden para poder hacerlo (colas kilométricas en mi ciudad, al menos) y segundo porque no tengo confianza en las vacunas que se están inoculando allá.

Luego de dar vueltas por las farmacias de la ciudad, finalmente conseguimos una donde colocaban la que quería obtener: Moderna. El chico que atendía obvió la falta de cita al contar mi procedencia y la urgencia que tenía de colocarme la primera dosis. Nos atendió amablemente y me advirtió que para la segunda dosis, si debía concertar cita. Hicimos el tiempo de seguridad de 15 minutos en la antesala de la farmacia y salimos de allí vacunados.
En la noche nuestra hija nos ha invitado a comer sushi y la pasamos bien en familia. El sueño era escaso cuando despertamos el domingo en la mañana, tuvimos que levantarnos con el fin de tomar el vuelo para la ciudad donde me encuentro ahora: Orlando. Acá reside mi segundo hijo y su madre nos advirtió en Venezuela que quería vacaciones de mí. De allí la nueva separación de la familia, además mi hijo debía reincorporarse al trabajo, ayer Lunes, por lo que nos dirigimos al aeropuerto.
Tomado el avión y aterrizados en Orlando, contratamos un Uber hacia el apartamento de mi hijo y dejamos las cosas para ir a desayunar. Me llevó a un sitio de comida venezolana y nos dimos un atracón de empanadas. Un alimento que hay en Venezuela, pero que como con poca frecuencia, dado que no soy de los que comen en la calle y mi esposa no es de las que hace empanadas, a menos que sea una ocasión muy especial.

Luego nos fuimos a la meca de los minoristas estadounidenses: Walmart para hacer el mercado que nos sostendrá durante la semana. Compramos casi todo y olvidamos un par de cosas. Pagamos y salimos hacia el apartamento. El tiempo es inmisericorde: llegamos a las 08:25 a.m. a Orlando y para cuando terminamos de instalarnos con mercado y todo eran las 12:30 del mediodía.
Bueno, todo este largo cuento sirve como marco para contar mi segunda experiencia "extra-corpórea", la primera la tuve en casa hace poco más de dos años. Resulta que pasaba por la oficina de mi hijo en ruta a buscar un artilugio que me hacía falta para grabar un vídeo. En el interín lo veo preparando un tubo de hierba y se cortó todo. Obvio, la mayoría de los hijos no quieren ser descubiertos por sus padres.
Para su sorpresa, una vez que era evidente la "captura" y para sacarlo del shock mental le dije: "La próxima vez invita" Aunque muchos me ven como persona rígida, soy más "open mind" de lo que aparento. Y así fue. Unos días después, cuando los chicos compañeros de juerga le hacían la despedida porque se iba del país, me llamaron a mi cuarto para decirme si era solo palabrería mía o aceptaba acompañarles.

Aquella fue mi primera vez, porque siempre la había condenado. Crecí en un hogar muy conservador. Pero el tiempo, la lectura y la sensatez te enseñan muchas cosas. Así que de repudiarla, la pasé a una bucket list y dió la casualidad que fuera con mi hijo menor. La verdad, fue una locura y comprendí muchas cosas luego de aquella experiencia ¿Una de ellas? El porqué la están legalizando.
Los ataques de risa de aquel día no fueron normales, perdí el control de mi cuerpo y vi colores a millón entre muchas otras cosas. Fue una experiencia que me marcó. También me hizo sentir culpable por varios días. No porque lo hubiera hecho (bueno, sí, un poco), sino porque recordé las veces que había condenado a quienes fumaban.
Cuando le contamos a mi esposa, no le gustó para nada y cuando le conté al que vive aquí en Orlando no lo podía creer. Por supuesto, quedaría para el futuro un encuentro de ese tipo que nunca se dió, por culpa de la pandemia. El domingo en la tarde, resolvimos el pendiente y decidimos experimentar de nuevo. El tipo ya es un experto y salió a comprar unos cigarros para usar el papel y poder enrolar.


Para nada nos pateó como la primera vez. Cuando le contamos a nuestro otro hijo de Buenos Aires, le dió un ataque de risa y nos deseó que una "pálida" no fuera el resultado. La verdad fue diferente. La primera vez fue un caos, en el sentido del control. Ésta segunda experiencia fue mucho más comedida, pero con risa de por medio, hasta más no poder.
El hijo mío no podía creerlo hasta que lo vió. Es decir, las nuevas generaciones son muy dadas a fumar, pero tienen una gran dificultad para comunicar a sus padres que ellos lo hacen. Y mi hijo se sentía orgulloso de tener un padre que le acompañara a fumarse un porro.
Si está bien o mal, eso se lo dejo a quienes les gusta enjuiciar. Solo sé que un momento como este lo atesoraré como cuando lo hice la primera vez con mi otro hijo. Lo cuento acá porque forma parte de quien soy y hay personas que juzgan sin conocer. Por ello me adelanto y quiero que #Hive sepa que tiene un líder de comunidad que se da el permiso de atesorar momentos como estos con sus hijos. Nos leemos por allí.
I remember when I was in my late teens, and smoked with my dad. We became even closer! The other thing it did was it allowed me to be more open, and not hide things from him.
The relationship with my son was already close, but after this, of course, it improved ostensibly.
In Latin America, the subject is treated very delicately because of the conservatism of society. But it is time to break down preconceptions.
Thank you very much for appreciating my publication.
Gracias por compartir una experiencia tan personal e íntima y dejarnos conocer un poco más de usted.
Es como abrir una ventana y conocer que detrás de la cara de Fulldeportes que todos conocemos hay un hombre que es esposo, papá, amigo y consejero.
Feliz inicio de semana.
Así es y eres muy amable al comentar de ese modo.
Siempre he pensado que lo virtuoso se consigue ejerciendo el ser.
De otro modo seríamos marismas de éste enredado planeta.
Saludos, fuerte abrazo y gracias por comentar.